La mayoría de nosotros no nos planteamos si estamos utilizando un cepillo de dientes correcto hasta que no tenemos problemas con las encías.
Un problema muy habitual, consecuencia del uso de cepillos demasiado duros es el sangrado de encías. A pesar de que esta patología no necesariamente puede estar directamente provocada por el cepillo, sino que pueden existir problemas gingivales previos, un cepillado inadecuado puede agraviar la situación.
Los cepillos duros se desaconsejan por norma general, al contrario de lo que mucha gente puede pensar, relacionando la dureza y resistencia con máxima higiene. La realidad es que al tener los filamentos tanto duros y ejercer presión sobre las encías, pueden provocarse pequeñas heridas o iniciar un retraimiento gingival.
Una manera de detectar si estamos ejerciendo demasiada presión en el cepillado, es comprobar el desgaste del cepillo. Lo que es aconsejable es cambiarlo cada 3 meses. Si nos vemos obligados a cambiarlo por un desgaste excesivo antes de la fecha recomendada, puede ser señal que ejercemos demasiada presión en el cepillado.
Por lo tanto, nuestra recomendación seria emplear un cepillo de dientes de dureza mediana, puesto que presentan mayor flexibilidad y efectividad en la limpieza para eliminar la placa y los restos de comida sin dañar el esmalte y las encías.
¿Y los cepillos suaves? También son una opción acertada a pesar de que acostumbran a recomendarse más a niños, que todavía no controlan la fuerza del cepillado y tampoco acumulan tanto sarro, que los adultos.
Lo que sí que tenemos claro a Dental Esthetics es que, la elección del cepillo dependerá de la situación bucal de cada uno y de ir comprobando por uno mismo, en función del resultado que aporte cada cepillo y la sensación de limpieza que se experimenta, cuál se ajusta más a nuestras necesidades.
Nosotros desde nuestra clínica, podemos asesoraros sobre vuestra higiene bucodental, y las diferentes opciones disponibles. Hoy os hemos hablado del tipo de cepillo manual, pero también existen los eléctricos, los cepillos interdentales o el hilo dental, que también son unos aliados magníficos para tener una boca limpia y sana.